miércoles, 5 de noviembre de 2014

Adolecen de sus capacidad virtuales

Así se ven comentando lo de Whatsapp

Qué revuelo se traen con las palomitas azules de Whatsapp que porque se las van a hacer de a pedo, que porque ya no hay privacidad, que a ver cuánto sobreviven las relaciones a este indicador peligroso y verga y media. Paren su tren, yo creo que las relaciones no deben basarse en un pinche indicador virtual (y aquí un texto sobre el tema que escribí para El Universal)

(Y aquí otro de una pelea que tuve con mi "acá" de ese entonces)

¿Se acuerdan cómo eran las relaciones hace 10 años sin Facebook, Whatsapp, Line, Skype y Twitter?

Hace 10 años yo no tenía celular porque había perdido mi Pegaso, entonces, sólo usaba mi correo electrónico (que ahora me da pena, se nota que era adolescente) y pues la confianza infinita de mis papás. Entonces sustituía mis cosas virtuales por llamadas de HORAS con, en aquel tiempo, mi novio y eran horas largas y no habían silencios incómodos. Cuando necesitaba algo le llamaba por teléfono a mi mejor amiga, cuando se había una que poner de acuerdo con el equipo, llamada; si había problemas, llamada. Todo eran llamadas y, en lo personal, me gustaban porque me agrada escuchar la voz, lo siento más real.

Después tuve un Siemens MC60, tenía el teclado en forma de equis, era de los primeros celulares con cámara y ahí pasé de las llamadas a los mensajes de texto y así uno romanceaba. Como, por aquellos años, fallaba mucho la red (ooooh, las cosas nunca cambian, Telcel #Profeeeeco) a veces no llegaban los mensajes o llegaban incompletos, pues uno no se azotaba tanto porque no nos lo respondían al i-n-s-t-a-n-t-e, más bien ya luego, después de horas y horas, decidían generosamente enviarnos el mensaje con la respuesta. O nos los topábamos en MSN (#TíaCuervo).

Más tarde del MSN, vino el Hi5 y el MySpace. Aún conservo mi Hi5 y qué oso desde el nombre hasta lo que ponía ahí, qué bueno que pronto lo cerraré. Digamos que estas redes sociales, precarias en su tiempo, sólo nos servían para cotorrear entre amigos y subir las fotos de amistad y pachangón juvenil.

Luego fue Facebook con su chat y su chat con el famosísimo "Leído" y luego con su "Móvil" o "Web" y tu ubicación. Después fue Whatsapp y ahí valió madre la cosa.

Esta red social nos ha acostumbrado a que estemos siempre al tanto y respondamos al instante, a ver (o revisar) la "Última hora de conexión" para saber si nuestro quiubolesqué se durmió enseguida de que se despidió de nosotros o si se conectó en la madrugada, en la tarde, en la mañana... o sea, el punto es estar ahí enterándote de algo que, sinceramente, a ti no te importa. Y después fueron las dos palomitas, las temibles palomitas que, aclaró Whatsapp, indicaban que ya se había entregado el mensaje y, ahora-ahora, las palomitas azules que te "dicen": ya leyó tu mensaje.

Chachachaaaaaaán.

No, chavos, dejen de adolecer de sus capacidad virtuales y dejen su tren del mame y entiendan que a veces uno no puede o no quiere responder.
Extraño cómo era todo hace 10 años, más sencillo y menos intrusivo, pero... aquí nos tocó vivirssss.

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Consejo:
Si no quieren que se muestre su última hora de conexión, desactívenla. ¿Cómo? Entren a Ajustes-Cuenta-Privacidad-últ.vez- y le dan en Nadie o sólo Mis contactos.
Ahí mismo pueden modificar quién quieren que vea tu Foto de perfil y tu Estado.

No quieren que se guarden los archivos automáticamente: Ajustes-Ajustes de chats-Auto guardar archivos-(desactivar) y listo. También ahí pueden modificar el Tamaño de letra, el Fondo de chat y si quieren crear una Copia de chats.

Si quieren vaciar todos sus chats para que su "acá" no les cache nada: Ajustes-Vaciar todos los chats

Si no quieren ver las palomitas azules, pues... ¡mátense!

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